viernes, 4 de noviembre de 2011

Please don't stop the rain

Paraguas rosa y botines. Plantándole cara a la constante lluvia de este viernes. Cuanto más negro el cielo, más clara mi mente. La luz de las farolas pinta los charcos de dorados y plateados, y las luces de coches y semáforos, aportan un toque de color, como un cuadro impresionista flotando en el asfalto. 

La lluvia ha traído consigo un viento frío y cortante del que la gente huye despavorida. La misma hora de siempre, pero la calle está casi desierta. Chaquetas, botas y paraguas son las protagonistas, con el permiso de las caras de fastidio por el incómodo aguacero. 

Gotarrones en las gafas, filtraciones de agua en los pies, humedad asesina de bonitas melenas. Y sin embargo, me encanta la lluvia. El halo mágico de que impregna todo a su paso. Una calle vulgar se torna hermosa bajo la pátina brillante del agua. Tras el reguero purificador de un chaparrón anunciado que, no por ello, deja de transtornar a los viandantes y conductores. 

Deambulo sin saber donde voy. Recorriendo calles conocidas, doblando esquinas tantas veces dobladas, superando escalones tantas veces superados. Dando vueltas en línea recta. La recta que quiere encontrarte al final. 

No estoy sola. Chris Martin le canta al chaparrón en mi mp4. "Look at the stars, look how they shine for you...". Acordes que acarician, melodías que cuentan historias, que contagian entusiasmo, que remueven, que preguntan, que contestan, que duelen y son tristes. Y de repente son alegres, como un estallido, como un rayo que cruza el cielo. Coldplay. 

Y sigo andando. Y no sé dónde voy pero me da igual. Espero en silencio, paraguas en mano, tornarme en signo de exclamación. En una señal luminosa que atrape de pronto tu mirada perdida. 

Ha parado de llover. La ciudad parece sacada de un cuadro de Afremov. Tan solo unos pocos borrones de colores que dibujan formas, y personas, y momentos. Y creo adivinar en una mancha tu figura. Y me basta con eso. Viva la vida.


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